La era de la Creatividad Aumentada

La Inteligencia Artificial (IA) está presente en nuestras vidas desde hace muchos años, aportando soluciones eficientes a problemas complejos: automatización de procesos, marketing predictivo, internet de las cosas, chatbots y realidad aumentada, por mencionar solo algunos de sus productos más conocidos. Sin embargo, la integración de la IA en las agencias de publicidad parece limitarse, al menos por ahora, a la planificación y gestión de la inversión publicitaria digital, dejando de lado el proceso creativo. ¿Es la creatividad una cualidad exclusivamente humana? ¿Puede una máquina aprender a ser creativa? ¿Puede la IA revolucionar la creatividad?

Creatividad artificial vs. Creatividad híbrida

Cuando éramos niños, nos enseñaron que la diferencia entre los seres humanos y cualquier otro elemento de la creación era nuestra inteligencia. Pero en tiempos de Inteligencia Artificial (IA), la validez de esa afirmación se fue desdibujando.

Si bien somos capaces, entre muchas otras cosas, de pensar en abstracto, de tener autoconciencia, reflexionar sobre el pasado y planificar el mañana, nos enfrentamos a un futuro en el que quizás ya no seamos los mejores.

Es que la tecnología avanza tan vertiginosamente que a veces no tenemos tiempo de digerir sus consecuencias. Hace años que la Inteligencia Artificial está avanzando hacia su propia autonomía, de modo que no solo es capaz de analizar, predecir e incluso conducir en forma autónoma, sino también es capaz de crear.

La inteligencia artificial es probablemente la creación más compleja y asombrosa de la humanidad hasta ahora. La razón de esto es el impacto revolucionario que la IA está teniendo en la sociedad, incluso en una etapa relativamente temprana de su evolución.

En la última edición de Art Basel Miami, se presentaron una decena de pinturas abstractas y coloridas hechas por AICAN, una IA creada en el laboratorio de Arte e Inteligencia Artificial de la Universidad de Rutgers.

«La integración de la IA en las agencias de publicidad parece limitarse, al menos por ahora, a la planificación y gestión de la inversión publicitaria digital, dejando de lado el proceso creativo».

El algoritmo de IACAN se denomina “Redes Generativas Antagónicas” (GAN) porque obliga al software a competir contra dos oponentes. Por un lado, aprende la estética de las obras de artes existentes. Y, por el otro, es penalizado si al crear una obra propia, imita demasiado un estilo establecido. De modo que no imita. Tampoco copia. Y además es capaz de ponerle nombre a los trabajos que hace. Lo llamativo es que el 75% de las personas no percibe la diferencia con respecto a las creaciones humanas.

Aunque lo parezca, esto no es del todo nuevo, ya que en casi todas las industrias creativas la IA existe desde hace un tiempo. IBM la utilizó al producir el tráiler de la película de terror “Morgan”. IA-Da, la primera artista robot del mundo, recientemente realizó su primera exposición individual. E incluso Christie’s subastó una obra de arte de IA titulada “Retrato de Edmond de Belamy” por 432.500 dólares, y se convirtió en la primera casa de subastas en hacerlo.

Retrato de Edmond de Belamy.

Kopan Page publicó “Superhuman Innovation”, un libro no solo sobre inteligencia artificial, sino coescrito por IA. ¡Y hasta una novela corta desarrollada por una IA casi gana el Premio de Literatura Nacional en Japón!

A medida que el mundo de la IA y la creatividad humana continúan expandiéndose, la pregunta va dejando de ser si la IA puede ser creativa, para convertirse en cómo el mundo humano y el de las máquinas pueden cruzarse para crear colaboraciones creativas que nunca se habían imaginado.

El debate se da porque, esencialmente y por ahora, los seres humanos le dicen a la computadora cómo debe entender ideas como «belleza”, “melodía” o «miedo». Basándose en ese entrenamiento, la IA puede emitir juicios sobre nuevos conjuntos de datos. Explicado de esta manera, es difícil etiquetar este proceso como «creativo».

Por otro lado, en el libro “The Artist in the Machine” de Arthur Miller, el artista Mario Klingerman enciende la polémica al afirmar que “los humanos somos incapaces de ser creativos, porque solo construimos sobre lo que hemos aprendido y lo que otros han hecho”. Entiendo que lo que Klingerman dice se basa en un concepto evolutivo del arte que parte de lo conocido, ya sea en forma accidental o incremental.

Quizás también se apoya en que muchas de las obras de arte más famosas han sido influenciadas e imitadas, utilizadas para impulsar nuevos movimientos y líneas de pensamiento. Como escribió Yuval Harari, «los seres humanos somos esencialmente una colección de algoritmos biológicos formados por millones de años de evolución». Dicho así, nos acercamos a la IA más de lo que podríamos haber pensado, y llegaremos a un punto donde seamos capaces de crearnos a nosotros mismos, haciendo desaparecer el concepto de artificialidad.

«A diferencia de la IA, la creatividad humana implica tomar ideas de diferentes experiencias de la vida y juntarlas de maneras impredecibles».

Desde esta perspectiva, además de vernos obligados a resignificar lo que es realmente la creatividad, implicaría que es imposible que los humanos podamos crear algo desde cero. ¿Pero las máquinas podrían?

Para Elgammal, el creador de IACAN, la respuesta está clara: “Hemos creado un programa que podría entenderse como un artista casi autónomo. Ha aprendido los estilos y estéticas existentes, además puede crear imágenes innovadoras propias. Como científico creé el algoritmo, pero no tengo ningún control sobre lo que crea la máquina”.

A diferencia de la IA, la creatividad humana implica tomar ideas de diferentes experiencias de la vida y juntarlas de maneras impredecibles. Y es tan compleja que no existe una fórmula predefinida para el éxito. De hecho, la creatividad a menudo surge de desafiar las suposiciones que más damos por sentadas.

Si el enfoque es el de Elgammal, podríamos hablar de Creatividad Artificial. Pero si sumamos la participación humana en el proceso, podríamos hablar de Creatividad Híbrida. Llegados a este punto, tendríamos entonces que intentar definir lo que significa ser creativo.

¿Qué es la Creatividad?

No existe una definición rigurosa de lo que es la creatividad, ni tampoco tenemos una manera de medirla, y este es uno de los mayores desafíos en este campo.

La creatividad se caracteriza por la capacidad de percibir el mundo de nuevas formas, de encontrar patrones ocultos, de establecer conexiones entre fenómenos aparentemente no relacionados y de generar soluciones originales. Y de este modo implica dos procesos: pensar y luego producir. La creatividad es una fuerza combinatoria, es nuestra capacidad para aprovechar nuestro conjunto interno de recursos (conocimiento, percepción, información, inspiración y todo lo que se encuentra en nuestra mente) que hemos acumulado a lo largo de los años, y combinarlos de maneras novedosas y sorprendentes.

Sabemos entonces que algunos de los atributos tienen que ver con encontrar algo nuevo, inesperado y útil. Es fácil para la IA crear algo novedoso al azar. Pero es muy difícil que encuentre algo nuevo, inesperado y útil al mismo tiempo.

La definición de creatividad como la producción de nuevos conocimientos a partir de conocimientos ya existentes, lograda mediante la resolución de problemas, se aplica igualmente al cerebro como sistema de procesamiento de información y a los ordenadores. Y mientras pensemos en la creatividad como puro procesamiento de información, es fácil imaginar que la inteligencia artificial pueda realizarla.

Los algoritmos de IA pueden hacer cosas extraordinarias cuando se sabe lo que se quiere resolver. Esto significa campos como clasificar imágenes, reconocer el habla y jugar. En cada uno de estos casos, o conoce las reglas exactas para resolver el problema o tiene muchos ejemplos para analizar. Por lo tanto, puede crear un algoritmo de inteligencia artificial que reproduzca los mismos resultados que los humanos con una precisión notable.

Pero la creatividad humana es mucho más que mapear entradas y salidas. Arthur Miller divide la creatividad en cuatro etapas: pensamiento consciente, pensamiento inconsciente, iluminación y verificación. “Trabajando conscientemente en un problema, prepara al inconsciente para continuar con ese trabajo, incluso cuando ya no estamos pensando conscientemente en él”.

«Mientras pensemos en la creatividad como puro procesamiento de información, es fácil imaginar que la inteligencia artificial pueda realizarla».

Es por eso que leemos todas esas historias sobre grandes inventores que tienen momentos de epifanía mientras se bañan o pasean por el bosque. En este sentido, la creatividad es una experiencia íntimamente humana y compleja. No se puede proporcionar una receta porque hay muchas partes sueltas (como la intuición) y todavía no entendemos muchas de ellas.

Aparte de nuestros pensamientos activos, nuestras experiencias pasadas juegan un papel muy importante en las decisiones que tomamos. En este sentido, cada persona y cada trabajo creativo es único. Por lo tanto, sería prácticamente imposible crear un sistema de inteligencia artificial basado en reglas que pudiera imitar el proceso creativo humano.

Tampoco se podrían recopilar suficientes ejemplos que puedan abarcar la creatividad en su conjunto y usarse para entrenar una red neuronal en la creatividad. Nuestra creatividad es muy subjetiva, y rara vez encontramos a dos personas que estén totalmente de acuerdo en lo que es y no es creativo.

Los sistemas de IA actuales pueden, en el mejor de los casos, replicar partes del proceso creativo, pero no pueden recrearlo en su totalidad.  Es esencial para el proceso la información sobre el problema en cuestión, el conocimiento previo y los métodos de razonamiento, como describe Miller. “El cerebro evalúa cada una de las combinaciones de hechos resultantes utilizando la estética junto con otros criterios, dependiendo del campo. Luego rechazamos la mayoría de las combinaciones, a veces usando nuestra intuición. La intuición es una noción muy incomprendida. No es más que la culminación de la experiencia, de haber cometido numerosos errores y haber pensado profundamente en ellos”.

Sin embargo, muchas tareas que pensamos que requerían atributos que son exclusivos de la mente humana, han demostrado ser solucionables a través de las matemáticas puras. Como los algoritmos de búsqueda de fuerza bruta que impulsaron DeepBlue, o los algoritmos de Machine Learning que impulsaron AlphaGo. Ninguno de esos sistemas de inteligencia artificial poseía el sentido común y las capacidades generales de resolución de problemas del cerebro humano. Sin embargo, demostraron dominar juegos complicados a un nivel que supera al de los campeones humanos.

¿Se puede aprender a ser creativo?

La creatividad comienza con una base de conocimiento, el aprendizaje de una disciplina y el dominio de una forma de pensar. Puedes aprender a ser creativo experimentando, explorando, cuestionando suposiciones, usando la imaginación y sintetizando información. Aprender a ser creativo es similar a aprender un deporte. Requiere práctica para desarrollar los músculos adecuados y un entorno de apoyo en el cual evolucionar.

En el ser humano, volverse creativo es un proceso de desaprendizaje más que de aprendizaje, al revés que en la IA. La creatividad también está altamente correlacionada con el autoconocimiento, ya que es imposible superar los prejuicios si no sabemos que existen. En este punto, la IA tiene una ventaja, al carecer por completo de ellos.

«En el ser humano, volverse creativo es un proceso de desaprendizaje más que de aprendizaje, al revés que en la IA».

Cuanta más formación se tenga y más diversa sea esa formación, mayor será el potencial de producción creativa. Las investigaciones han demostrado que, en la creatividad, la cantidad es igual a la calidad. Cuanto más larga sea la lista de ideas, mayor será la calidad de la solución final. Mozart se formó durante 16 años antes de producir una obra maestra reconocida. Frecuentemente, las ideas de mayor calidad aparecen al final del proceso creativo. También en este punto la IA puede llevarnos una gran ventaja, acumulando niveles de conocimiento y capacidad de procesamiento impensables para el cerebro humano.

Una de las áreas en las que la inteligencia artificial ha hecho su mayor contribución es permitir que más personas se expresen de manera creativa, independientemente de sus habilidades. Esto lo podemos ver en decenas de Apps y funciones en casi todas las redes sociales.

Un ejemplo interesante es la transferencia de estilo. La técnica utiliza redes neuronales convolucionales para transferir el estilo de una imagen a otra. Por ejemplo, puede tomar una fotografía y un cuadro de Van Gogh y aplicar el estilo de este último a la primera, como hace Google Art & Culture.

Pix2Pix, otro algoritmo de IA, puede convertir un boceto aproximado, como la silueta de un zapato o incluso el dibujo de un rostro, en una fotografía real. Utiliza una forma especializada de redes generativas antagónicas (GAN), un tipo de algoritmo de inteligencia artificial que se ha hecho famoso por crear caras fotorrealistas inventadas y obras de arte. Mario Klingerman usó Pix2Pix para transformar retratos en pinturas galardonadas. Y así podemos elaborar una larga lista de Apps para crear arte, fotografía, música y más.

El punto es que las creaciones humanas se contextualizan mediante conexiones y relaciones sociales. Somos impulsados ​​y validados en nuestra creatividad por nuestros vínculos con los demás y sus ideas. Sin embargo, las redes neuronales y los programas de inteligencia artificial no comprenden ni incorporan el contexto externo, al menos por ahora. No pueden adaptarse a las normas e interacciones sociales más allá del ámbito de su propósito y conjunto de datos específicos. En otras palabras, carecen de inteligencia social, y la inteligencia social es la base de la creatividad humana.

Las redes neuronales de la IA se basan en la regresión estadística: son buenas para identificar patrones, pero un poco menos ingeniosas cuando se trata de anticipar cuándo podría cambiar un patrón, y mucho menos conectar un patrón a un patrón no relacionado, que es un factor crucial de nuestra creatividad: el pensamiento divergente.

La Creatividad Aumentada: una revolución creativa

La inversión en medios digitales representa hoy más de la mitad de los presupuestos publicitarios en los Estados Unidos y en gran parte de los países más desarrollados del mundo. En este contexto, los buscadores y las redes sociales compiten por captar la mayor parte de esa inversión, utilizando inteligencia artificial y algoritmos para potenciar la efectividad publicitaria, los cuales siguen evolucionando a un ritmo acelerado.

Las plataformas se fueron volviendo cada vez más complejas, debido a que una optimización exitosa requiere de un seguimiento sofisticado y una resolución creativa de problemas que abarcan complejos embudos multiplataforma y sistemas de remarketing.

Al mismo tiempo, la IA y el Big data presentan oportunidades excepcionales, como la capacidad de hiperpersonalizar la publicidad a gran escala, sin necesidad de intervención humana. Plataformas como Smart Display y Dynamic Search de Google y Dynamic Creatives de Facebook permiten automatizar el proceso de personalizar anuncios para diferentes audiencias, y hacerlo a un nivel ultra segmentado. Esto potencia el engagement y la conversión al hacer llegar el mensaje correcto a la persona adecuada en el momento adecuado. Y, principalmente, pagar según la efectividad de estos.

A nivel agencia creativa, sabemos que muchas de las tareas involucradas en la realización de una campaña son “estandarizables”. La planificación debe llevarse a cabo, los datos deben analizarse y el objetivo debe mantenerse. La IA ofrece los mejores medios para facilitar estos procesos, ya sea a través de información útil (como la herramienta de predicción de datos iSeek) o la automatización completa (como el rastreador de tiempo automático Timely). En estos casos, la IA permite eliminar las tareas de bajo valor añadido, que interrumpen o disminuyen la energía del equipo creativo.

Nos encontramos entonces en plena fusión de dos mundos que solían ser distintos: el mundo de los datos, análisis y algoritmos impulsado por la tecnología, y el mundo humano de la estrategia y la creatividad. A medida que lo hacemos, algunos se apoyan más en el lado de la tecnología, y algunas marcas y agencias incluso piensan en ella como un eventual reemplazo de la creatividad humana.

Pero la tecnología aún no puede reemplazar la intuición, la imaginación y el conocimiento de un buen pensador creativo. Los anuncios que podemos crear con los algoritmos de Facebook o Google son más personalizados, pero a menudo no generan el engagement o la respuesta emocional que esperaríamos obtener con una gran campaña.

El desafío entonces no está en la tecnología, sino en ser creativo al reinventar cómo usarla para generar nuevas oportunidades, valor y crecimiento. El ritmo del cambio tecnológico seguirá acelerándose, y ninguna pieza de tecnología será suficiente para brindar una ventaja competitiva duradera en un entorno así.

«La tecnología aún no puede reemplazar la intuición, la imaginación y el conocimiento de un buen pensador creativo».

La verdadera habilidad sigue estando en identificar lo que la gente quiere, y luego encontrar las mejores formas de satisfacerlo (antes y mejor que la competencia). La pregunta entonces no es cómo usar la tecnología, sino qué impacto puede tener en nuestro propósito.

Las empresas verdaderamente exitosas serán aquellas que se den cuenta de que su transformación no es un cambio único para adoptar las últimas herramientas tecnológicas, sino un proceso continuo, con las necesidades de las personas puestas en el centro de los esfuerzos innovadores.

En un mundo con más datos que nunca, nuestro cerebro no está preparado para detectar correlaciones entre miles de millones de variables. Y si bien podemos detectar patrones de forma natural, nuestros prejuicios y suposiciones pueden interferir. Somos muy buenos para tomar decisiones sofisticadas y para seleccionar la mejor opción teniendo en cuenta consideraciones intrincadas. Sin embargo, no somos tan buenos para producir grandes conjuntos de posibles soluciones para elegir. Perdemos nuestra capacidad para tomar estas decisiones de manera eficiente y coherente a medida que aumenta el número de posibles soluciones.

Es por esto por lo que la tecnología no debería desafiar nuestro orgullo por la creatividad, sino más bien impulsarnos a reinventar el proceso creativo para generar nuevas oportunidades.

Y hay al menos tres formas en las que la IA puede potenciar nuestra creatividad:

1. Liberando tiempo para que nos concentremos en la innovación.

2. Ofreciendo oportunidades para combinar tecnologías creativamente.

3. Incrementando activamente la toma de decisiones, agregando capas de análisis de datos para potenciar nuestras elecciones creativas.

Dado que la creatividad humana desciende de una cierta inclinación al desorden, mientras que la IA se nutre de la organización, los patrones y la precisión, juntas se presentan como una combinación muy potente para aumentar nuestro poder creativo.

Y en la medida que la IA continúe mejorando, podrá adoptar un enfoque menos humano para el análisis y la resolución de problemas, detectando patrones y soluciones que difieren de sus creadores humanos, y por otro lado, podrán ser “más humanos” en cuanto a la sensibilidad de lo que es bello, deseable o asombroso.

Esto significa que, en lugar de tener que comenzar con una hoja en blanco, las agencias podremos usar la inteligencia artificial para dirigir nuestro juicio creativo y los procesos de toma de decisiones en forma más eficiente, y para sugerir rutas de innovación que tengan más probabilidades de tener éxito según los datos disponibles. El resultado será una forma completamente nueva de ver el mundo.

Como decía Bernard Shaw: «Algunos hombres ven las cosas como son y dicen ‘¿por qué?’. Yo sueño con cosas que nunca fueron y digo ‘¿por qué no?’».

Fuente: dircomfidencial.com

¿Está a punto de caer el imperio de la tecnología y las redes sociales?

La falta de resultados de la publicidad digital, la omnipotencia de la tecnología y la efectividad de las redes sociales son llevadas a juicio por expertos ante la crisis.

A todos se nos llena la boca hablando de las capacidades de la tecnología, las redes sociales y la publicidad digital como salvavidas de las crisis que están por llegar. Existe cierta tendencia a creer ciegamente en la efectividad de las plataformas sociales y en que estas, junto a las multinacionales tecnológicas, son las culpables de las sacudidas sísmicas de gran escala y de los cambios sociales masivos. 

John Naughton, periodista de The Guardian, asegura que no estamos poniendo el foco en lo que de verdad están consiguiendo. El redactor destaca en una columna publicada en el mencionado medio que «hay indicios interesantes de un replanteamiento de la presunta omnipotencia de la tecnología». 

Así, señala, por ejemplo, un ensayo de Lee Vinsel, profesor en Virginia Tech, que destaca la polaridad en la información que se ofrece acerca de las tecnologías. Bien sea de forma positiva o negativa, lo cierto es que las afirmaciones que se dan acerca de las últimas novedades no tienen un punto medio, sino que vienen acompañadas de absolutos que conducen o a la catástrofe o al paraíso. 

Además, Vinsel cita un artículo de Scientific American que invita a la reflexión de la viabilidad real de esos avances tecnológicos. El problema surge, escribe, «cuando los expertos preocupados por las posibles desventajas sociales y éticas de una tecnología exageran su viabilidad técnica». Esto sucede en gran medida cuando hay en juego tecnologías que se venden como potencialmente revolucionarias y que podrían impulsar nuestras capacidades cognitivas y fisiológicas. 

¿La publicidad digital va a colapsar?

Naughton destaca en su texto que no se trata únicamente de problemas filosóficos, porque esa exageración tecnológica podría tener consecuencias más serias. Por ejemplo, menciona un libro de Tim Hwang que sostiene que la publicidad digital, el modelo de negocio central de múltiples webs, corre el riesgo de colapsar y que su posible desaparición guarda un extraño parecido con la crisis inmobiliaria de 2008.

La poca fiabilidad de los números de la publicidad, la automatización no regulada y el hecho de que la mayoría de los anuncios online no funcionan son algunas de las pruebas que aporta el libro. 

El año pasado se reveló que ciertos organismos como la Autoridad de Mercados y Competencia de Reino Unido estaban iniciando importantes investigaciones sobre las subastas de publicidad ocultas que realizan las plataformas de redes sociales. Naughton afirma que esto deja entrever que hay algo que no encaja y que las afirmaciones de las compañías sobre la eficacia de la publicidad dirigidas son, básicamente, demasiado buenas para ser verdad. 

En este sentido, Stuff, un medio de comunicación de Nueva Zelanda, decidió dejar de anunciarse en Facebook, una medida que sus compañeros consideraron una locura. «Esa acción no tuvo ningún efecto en nuestro tráfico», aseguró Sinead Boucher, el director ejecutivo del sitio. «Estábamos preparados para una caída de nuestra audiencia, pero no tuvo ningún efecto. Nos hizo darnos cuenta de que deberíamos pensar más en nuestras decisiones, en lugar de aceptar la idea de que tienes que trabajar con todas las plataformas de redes sociales», continuó explicando. 

Fuente: www.marketingdirecto.com

#Conectados21 nos descubre cómo la hiperconectividad cambiará nuestras vidas

La segunda edición de Conectados reunió ayer a los mayores expertos de la industria tech para descubrir las tendencias que marcarán el futuro.

2020 fue el año del confinamiento y del distanciamiento social; sin embargo, conseguimos estar más conectados que nunca gracias a las nuevas tecnologías. Las marcas también se enfrentan al desafío de conectar con los consumidores a través de nuevos canales y de ser capaces de ofrecerles nuevas experiencias online. Ahora, la gran incógnita es qué nos deparará el 2021, y para descubrir todas las respuestas ayer se celebró la segunda edición de  CONECTADOS, un evento al que asistieron los principales expertos en marketing, publicidad y tecnología y que siguieron más de 2.000 personas desde sus hogares.

La hiperconectividad, el motor del cambio

2020 fue un antes y un después en materia de conexión. La tecnología trae consigo un cambio que afectará a prácticamente todos los sectores de la sociedad; y, entre ellos, al trabajo y la forma que tenemos de entenderlo. Y para hablarnos de las tendencias que marcarán el futuro del trabajo, ayer recibimos en #Conectados21 a David Calvo, Sales Manager Enterprise, Mediterranean and Balkans de Zoom, la plataforma de comunicaciones líder de las videoentrevistas y las reuniones online entre equipos.

Para Calvo, uno de los principales valores de las videoentrevistas es que nos mantienen conectados, pues “se integran en el flujo del trabajo; las compañías y los empleados están explorando cómo trabajar de forma virtual y segura”. Además, asegura que los espacios de trabajo de las compañías habrán cambiado para la vuelta de los trabajadores y se verá un incremento de las salas de conferencias.

Otra de las formas por la que la sociedad más está apostando para mantenerse en contacto durante estos meses de pandemia está siendo Clubhouse, la nueva plataforma de audio en streaming que, en las últimas semanas, se ha convertido en todo un “hype” del mundo de las redes sociales. Por este motivo, ayer quisimos reunir a algunos de los mayores conocedores de esta red social para que compartieran su punto de vista a cerca de cómo las marcas deben adentrarse en el universo de Clubhouse.

Para Lucía Moreno Pacheco, Social Content y Comunicación en RRSS de Movistar, aún está muy beta y que las marcas aún están aprendiendo cómo hacerlo bien y que “todavía nos enfrentamos a audiencias muy pequeñas como para hablar de invertir”. Además, destaca que “los influencers de la generación Z tienen menos cabida en Clubhouse, porque tienes que tener un discurso muy bueno para hablar en esta aplicación”.

«Las marcas no van a relacionarse con Clubhouse con una publicidad tradicional»

Por su parte, Fátima Martínez, experta en comunicación, cree que llegará el momento de que las marcas aterricen en Clubhouse, porque estamos aprendiendo muy bien a incorporar la publicidad a las distintas redes sociales de manera no invasiva y haciendo que las marcas formen parte de nuestros contenidos.

“Las marcas no van a relacionarse con Clubhouse con una publicidad tradicional, sino que “deberían tener una voz única que represente los valores de las marcas y que les permita humanizarse y tener un contacto muy cercano e íntimo con los consumidores”, dijo Emilio Márquez, CEO La Latina Valley; una afirmación con la que se mostró muy de acuerdo Juanmi Olivares, Co-fundador de Más y Mejor, que retó a las marcas a que se atrevan a experimentar.

También el gaming y los eSports se están convirtiendo en un gran reclamo para las marcas que buscan conectar con las generaciones más jóvenes. Pero, a pesar de que “hay muchas oportunidades para las marcas en este entorno, hay que encontrar la forma de entrar en este territorio y no todas las marcas funcionan de la misma forma; deben saber cómo aportar una experiencia diferenciadora”, contó Beatriz Faustino, Directora de Marketing de Burger King España y Portugal.

Para Eider Díaz, Marketing and Communications Senior Manager en Movistar Riders, es importante tener claras las diferencias entre el gaming y los eSports: “a la hora de ser una marca y querer entrar en los eSports hay que tener claro lo que se quiere conseguir, porque dependiendo del objetivo se va a tener éxito con una estrategia u otra”.

Gonzalo Sánchez-Taiz, VP Growth Global en SAMY Aliliance, compartió su experiencia con el mundo del gaming, durante la cual observó que existen diferentes escalones a la hora de relacionar las marcas con el mundo del videojuego: la presencia de marca, la relevancia y la creación de tu propio videojuego.

Por su parte, Enrique Gueijo, Sponsorhip Manager en Banco Santander, considera que se debe explicar desde cero qué es el gaming y cómo las personas interactúan dentro de este ecosistema: “Creo que hay que resetear para que la gente entienda bien el gaming. Creo que esto es algo que las marcas están sabiendo hacer muy bien”, Además, el experto ha señalado la capacidad de adaptación de la industria del gaming, la rapidez y la evolución que se produce y que no se observa en otros sectores.

«La tecnología se humaniza»

Y si hay algo que nos dejó claro #Conectados21 es que “la tecnología se humaniza”. Así nos lo hizo saber Sergio González, Chief Strategy Officer de SunMedia, durante su ponencia «No me llames Dolores, llámame Lola», en la que afirmó que esta tecnología humanizada que ofrece la plataforma de SunMedia, permite crear relaciones basadas en la confianza y los resultados. “Nuestra tecnología es capaz de generar negocio en toda la cadena de valor, está liderada por un equipo de expertos, produce un win-win para todas las partes del ecosistema y, sobre todo, genera relaciones basadas en la confianza y el resultado”.

Alberto del Sol, director de Marketing e Innovación de Vodafone Business, también nos acompañó para compartir con los espectadores cómo está evolucionando la tecnología 5G y cómo llegará a nuestras vidas para mantenernos más conectados que nunca. “El 5G ha cambiado el juego; hay mayor velocidad, una baja latencia, mayor inmediatez y mayor escalabilidad IoT”.

En cuanto al marketing, Del Sol destacó que la tecnología 5G ofrece grandes posibilidades, como la personalización de servicios al extremo, gracias a la capacidad de coger datos de todo de forma inmediata, la respuesta instantánea, el Bid Data e IoT. “Todo lo que es susceptible de estar conectado lo va a poder estar, por lo que las economías de escala van a hacer que la elaboración de nuevos sensores se abarate bastante; además, todas las conexiones se podrán hacer desde el móvil”, dijo.

Cookieless: adiós a los datos de tercera parte

El anuncio de la desaparición de las cookies plantea un nuevo escenario para las marcas y grandes desafíos en torno a su relación con los consumidores. Sin embargo, existen diferentes soluciones en el mercado para hacer frente a la desaparición de las cookies y terceros, tal y como nos demostraron ayer diferentes expertos en #Conectados21.

Hugues Templier, Head of Data, Continental Europe & MENA de Teads, nos planteó las alternativas para adaptarnos a un futuro sin cookies. «Hoy en día existe una gran confusión debido a la complejidad del sector y los distintos puntos de vista de los diferentes players del mercado. Pero lo que está claro es que no habrá una única solución que afronte todos los retos que supone este cambio«, dijo el experto para, a continuación, presentar una a una las distintas posibilidades que existen: ID’s Únicos, 1st-party data de Publishers, Privacy Sandbox, Proyecto Rearc de IAB, la predicción de audiencias y la segmentación contextual sobre la cual comento que, desde Teads, han comprobado que aborda con éxito los principales retos de la publicidad digital: “es preciso, es granular, tiene una ubicación de calidad y es accionable”.

Victor Van Venrooij, Business Development en LiveRamp, nos descubrió que es posible aumentar el ROI de las campañas publicitarias en un entorno cookieless. “Lo que observamos desde LiveRamp que sucederá con la desaparición de las cookies es que el ecosistema se va a dividir en dos extremos: a un lado va a estar el targeting contextual y, en el otro lado, la publicidad basada en personas. Nuestra visión para el futuro es un sistema autentificado en el que el usuario decida con quién establecer relaciones dentro del entorno digital”, dijo.

Para José Luis Valdivielso, CEO y Co-Founder de DatMean, la data presenta tanto bondades como pecados, así como el Privacy-first; y así nos lo quiso hacer ver en “Café don Data”, la primera de un ciclo de entrevistas que DatMean, empresa líder en dataDriven marketing, llevará a cabo con MarketingDirecto.com.

Para Valdivielso, la calidad, la volumetría, el consentimiento y la conectividad son los cuatro puntos en los que peca la data. Las principales bondades que subrayó el experto es la capacidad del dato para generar negocio: “la economía del dato es ya una realidad”, dijo, y señaló que el principal reto que tiene la industria en este ámbito es la necesidad de remar todos en la misma dirección: “necesitamos compartir datos y hacer que esta sea una industria para todos y que las empresas pongan sus datos al servicio de los demás para que la cantidad de datos vaya creciendo”. “Las empresas tienen que ponerse ya a hacer los deberes, poner todos los activos en orden y ver qué es lo que pueden hacer con el 1st data y, a partir de ahí, empezar a tomar decisiones”, comentó sobre la desaparición de las cookies de terceros.

Las tendencias que marcarán el futuro de la industria

En 2020 el e-commerce creció un 36% en España, convirtiéndose así en el tercer país del mundo con mayor crecimiento en este ámbito, y se espera un despegue definitivo para 2021 con muchos proyectos que crecen y se consolidan de forma importante.

En torno a este tema se celebró ayer una mesa redonda en Conectados que nos dejó algunos titulares muy interesantes: “Este crecimiento de e-commerce no es pasajero, es un cambio social. El 77% de los españoles se lanzó al comercio online, y un 60% de ellos afirma que seguirá haciéndolo después de la pandemia. Todo esto crea un caldo de cultivo en el mercado español muy interesante”, dijo
Bernardo Moleón, Senior Digital Strategist de MRM.

Por su parte, Gianluca Papa, Amazon Manager en Making Science, comentó que este crecimiento nos lleva a una diversificación y a presentarnos ante nuevos consumidores y a trabajar los datos para llegar a esos clientes.

Desde Shopify, compartió Kintxo Cortés, Country Manager de la compañía, observan que se ha producido una ampliación de la segmentación de población que compra y en el tipo de productos que compran online.

Para Carlos Molina, CEO de Tidart.com y CEO de Biddeo.me y Managing Partner de Kimia Group, este crecimiento del e-commerce supone, por un lado, oportunidad, y, por otro, reto. “Se han generado retos en relación a aquellas marcas o retailers que han visto disminuidas sus ventas en el entorno físico. Hay que conseguir una suma incremental de ambos mundos”, afirma.

En cuanto a mobile e-commerce, Molina destacó que la cantidad de tráfico móvil con objetivos orientados a performance aproximadamente está en un 80%, a lo que se suma que un incremento del 40%-50% de compras que se hacen directamente a través del móvil, lo está llevando a los anunciantes a poner el foco en la experiencia de usuario mobile.

En el caso de BirchboxIsabel Rosa Esgueva, Marketing Director de la compañía, dijo que han potenciado también el canal mobile porque lo consideran una pantalla fundamental en nuestras vidas: “observamos que la gente busca la información en mobile y hace la transacción en la web”. Una afirmación que completó su compañera Bárbara Malet, Head of Marketing Europe en Birchbox, con la forma en la que la compañía usa las redes sociales: “Para nosotros las redes sociales son una manera de humanizar la marca y de transmitir valores”.

Para concluir, Sergi Bastardas, Co-fundador y COO de Colvin, añadió: “Cada vez más el online es una manera de relacionarse con el usuario muy cercana y de entender sus necesidades para adaptar tu experiencia a ella”.

Y precisamente sobre el poder de las redes sociales nos habló David Orellana, uno de los socios fundadores de OnlySearcher, el caso conocido como el negocio del billón de dólares, que nació de observar que a la plataforma Only Fans le faltaban dos funcionalidades básicas de las redes sociales: la capacidad de buscar usuarios y que los creadores de contenido no tenían la posibilidad de publicitarse. “En seis meses vamos a conseguir alcanzar el millón de usuarios con cero presupuesto en marketing”, confesó.

Otra de las tendencias que observamos que marcarán el futuro de la industria publicitaria es la posibilidad que tienen hoy las marcas de crear momentos en la pantalla a través del storytelling en el mundo digital, que fue uno de los temas en torno al que giró una de las mesas redondas que se celebró en #Conectados21.
Ana Castro, Media & Connections Director Western Europe en The Coca-Cola Company, que fue una de las invitadas a la mesa observa que durante la pandemia se ha observado cómo el storytelling ha evolucionado hacia un storydoing. “Con el 5G se ha instaurado el audio. Necesitamos dar un salto hacia ver a las marcas como personas, es otra dimensión del storytelling”, agregó.

Una afirmación con la que se mostró de acuerdo Miguel Ángel Ruiz, Head of Brand Strategy & Innovations en Samsung España: “El 5G nos permite hacer cosas que antes ni imaginábamos. A partir de ahí habrá que tener la capacidad de integrar los datos y recoger los inputs de los usuarios. La imaginación es el límite con el 5G”.

Para Elena Gris Directora de Marketing Digital Business en Hyundai España, “El storytelling vinculado a la digitalización te permite ofrecer una experiencia 360 grados, te facilita el engagement con el consumidor y la interactividad, lo que plantea a las marcas un reto sobre el contenido y la forma en la que se trasladan esos mensajes”, sentencia.

Desde Alibaba Group, Giulia Chiari, Regional manager, Social Commerce & Innovation de la compañía, ven la importancia que hoy tiene el storytelling, y afirma que, desde China, están muy pendientes de la tendencia del shopping entertainment, que ofrece la posibilidad de aunar todos los canales del mundo tecnológico.

Y, por supuesto, no podíamos dejar fuera de este evento a la Silver Generation, las personas con edades comprendidas entre los 50 y los 70 años, en la que las marcas han puesto su atención a raíz de la pandemia por su acercamiento al comercio online y por la capacidad de consumo que tienen frente a generaciones más jóvenes.

Una de las principales cualidades de esta generación es el hecho de que «es un target con un rango de edad muy fiel. Es gente que si entra y hace una compra online y la experiencia de compra les ha gustado, vuelven a comprar. Además su poder adquisitivo es mayor”, comentó Nacho Ferrer, Head of E-commerce & Digital Marketing en Druni, durante la mesa redonda que tuvo lugar ayer en #Conectados21 acerca de este tema.

Desde Multiópticas, según su director de marketing, Javier Sánchez, el objetivo para conectar con esta generación es tener una oferta global y un mundo omnicanalidad en el que se complemente lo que pasa en el universo offline y el mundo online.

Para Mariano Sylveira, VP of Public Affairs en Cabify, el reto para las marcas está en ser más empáticas y adaptar sus plataformas a las necesidades de esta generación e integrarles dentro de su sistema de diseño.

Miguel Gutiérrez-Cortines, Digital Research Manager en Toluna Parent Company, explicó que esta generación tiene una serie de inquietudes y barreras que las marcas deben atacarlas, apoyarles y lanzarles mensajes personalizados. “Si bien no en todas las categorías finalizan la compra online, durante el proceso de compra sí que pasan por ello para consultar”, explica el experto que anima a las marcas a conocer mejor a esta generación, que ya se puede hacer gracias a su presencia en internet.

Por su parte, Abraham Martin, Regional Associate Director Marketing Iberia & Latam en El Tenedor, considera que se debe a que el ciclo de vida de los centennials es mayor; sin embargo, resalta que la generación silver ha tenido que digitalizarse a fuerza mayor durante el confinamiento y que tienen una capacidad económica interesante y las cosas muy claras. “Nuestro reto en el tenedor es hacerles ver que el mundo digital les simplifica la vida”, asevera.

En relación a la generación de contenidos a través de las plataformas de streaming, que se ha convertido en un factor fundamental para conectar con esta generación Jaime Valverde, Director corporativo de redes sociales en MAPFRE, comentó que es necesario segmentar y crear un contenido específico para dirigirse a cada target.

En la misma línea, Nacho Ferrer, Head of E-commerce & Digital Marketing en Druni, afirmó que cuando se crean productos dirigidos a esta generación se segmentan y se dirigen a estos rangos de edades que, son quienes comprarán el contenido. “Si las marcas no nos dirigimos a esta generación, estaremos perdiendo a un cuarto de la población”, agregó.

Fuente: www.marketingdirecto.com

Los retos en la medición de audiencias digitales: hacia el consenso de la industria

Hablamos con IAB, la AIMC, la aea, Eduardo Madinaveitia (referente de la investigación publicitaria en España) y Toni Seijo (Director del área de Medición de Audiencias de Ipsos), sobre los desafíos que rodean a la medición digital en España.

Encontrar un sistema de medición que dé respuesta a las necesidades de la industria publicitaria es un objetivo que no está exento de desafíos. Y con la llegada de nuevas plataformas, dispositivos y formatos publicitarios más sofisticados, la medición de audiencias digitales se ha vuelto un reto aún mayor.

Con el objetivo de establecer para el mercado español una medición de audiencias digitales y de impactos publicitarios consensuada, que incorpore novedades tecnológicas de vanguardia sin perder el rigor y la transparencia de la medición, la Comisión de Seguimiento para la Medición Digital puso en marcha el pasado mes de julio un nuevo concurso.

La Comisión, formada por Interactive Adverstising Bureau Spain (IAB Spain), la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) y la Asociación Española de Anunciantes (aea), lanzó en diciembre el pliego para este concurso cuyo plazo de recepción de ofertas finalizará el próximo 12 de febrero. Se estima que se publique el fallo en el primer trimestre de 2021. La consultora PwC, PriceWaterhouseCoopers, es la encargada del desarrollo del proyecto.

En MarketingDirecto.com hemos querido hablar con la Comisión, con Eduardo Madinaveitia, exDirector General Técnico de Zenith, autor del blog El Vigía y referente de la investigación publicitaria en España, y con Toni Seijo, Director del área de Medición de Audiencias de Ipsos en España, con el fin de conocer en profundidad cuáles son los desafíos en la medición de audiencias del mundo digital, así como las claves para llegar a un consenso.

Puntos a mejorar y retos en la medición de audiencias digitales

«La medición tendrá que dar respuesta al nuevo entorno digital y ser capaz de adaptarse a los posibles cambios que experimente el mercado. En este sentido, se trata de evolucionar hacia una medición basada en la persona como punto de referencia y conocimiento», cuentan a MarketingDirecto.com desde la Comisión de Seguimiento para la Medición Digital. Otro reto al que apuntan es el de evolucionar en el modelo de negocio para que se ajuste a las necesidades de un mercado más maduro.

Desde la Comisión no han querido entrar en los fallos del sistema actual, tal y como han explicado a nuestro medio. «La medición se enfrenta a nuevos retos y la tecnología evoluciona, el propósito es ofrecer la mejor medición que dé respuesta a las nuevas necesidades descritas anteriormente».

Para Eduardo Madinaveitia, la medición de audiencia tiene una misión fundamental: dar lugar a una moneda única aceptada por todo el mercado, que pueda ser utilizada en las transacciones comerciales por las diversas partes implicadas. «El reto es siempre muy complejo porque las decisiones que adopte el medidor en cada una de las fases del proceso pueden afectar a los resultados económicos de las empresas medidas. Esa es la razón por la que, al menos una parte de las decisiones sobre esas fases del proceso no suele tomarlas el medidor en solitario, sino contando con comités de usuarios o comisiones de clientes», nos cuenta el experto.

En el caso de la medición digital, todo es más complejo, según Madinaveitia, ya que cada participante tiene sus propios datos que mide de una forma diferente y que habitualmente no evolucionan de la misma manera en la que lo hacen los proporcionados por el medidor. «La tentación de dar una patada en la mesa y terminar la partida (terminar con el medidor) es muy alta cuando los resultados no son favorables», señala.

Además, existe otra dificultad en el universo digital a la que hace referencia el exDirector General Técnico de Zenith. «Unos pocos gigantes, que establecen sus propias reglas y no siempre favorecen una medición externa, conviven con una infinidad de actores mucho más pequeños que también necesitan tener datos de mercado. A eso hay que añadir la constante evolución de la realidad que hay que medir y que, si se quiere medir la audiencia de los individuos, hay que ser capaces de atribuir a la misma persona sus datos de uso de diferentes dispositivos y separar los datos de personas diferentes que compartan un dispositivo«, explica Madinaveitia.

Otro gran problema que menciona es el excesivo peso que se da en el mercado digital a parámetros como los usuarios únicos, dejando en un segundo plano medidas como el tiempo de consumo o la audiencia media. «En contra de lo que se suele opinar desde el lado digital del mercado, hay mucho que aprender de la solidez alcanzada por el sistema de medición de la televisión», nos cuenta. Para Madinaveitia, fijarse solo en los usuarios únicos o en datos exclusivamente de volumen «favorece las peleas de gallos entre los directivos y aumenta el riesgo de que los datos oscilen demasiado en función de titulares concretos o noticias sensacionalistas que busquen exclusivamente el clic».

Por su parte, Toni Seijo, Director del área de Medición de Audiencias de Ipsos en España, nos señala como primer gran reto la mejora significativa de la representatividad de los datos. «Estoy convencido de que la industria necesita un cambio en su enfoque de medición para satisfacer las demandas de la era móvil. Es preciso evolucionar hacia un sistema de panel multidispositivo que, manteniendo un enfoque híbrido, refleje la primacía del móvil para acceder a los contenidos de Internet. Que introduzca cambios radicales, pero conservando algunos aspectos del enfoque actual», detalla.

Desde Ipsos, nos cuenta, apoyan la continuación de una metodología híbrida, donde se combinan las centradas en el sitio web y las centradas en el usuario.

Otro gran reto para Seijo es disponer de un sistema de medición que esté preparado para el futuro. Para ello debe:

  • Permitir un reporte de datos longitudinales más estable, en el que las cookies por sí solas dejen de ser centrales para identificar y retener información sobre los visitantes del sitio web.
  • Integrar una versión mejorada del actual método de rastreo centrado en el sitio web, mediante la incorporación de tecnología de huella digital de los dispositivos.
  • Permitir en el futuro respaldar la medición de audiencias online en televisores inteligentes y también cubrir el área de rápido crecimiento de audio online transmitido y descargado.
  • Incorporar tecnología de medición pasiva que permita en el futuro el consumo cruzado de radio y televisión.
  • Contemplar a medio plazo poder lanzar encuestas para la medición de la eficacia de campañas publicitarias.

El tercer gran reto al que se enfrenta la industria, según Toni Seijo, es disponer del compromiso y la inversión suficientes para crear «un gran panel multidispositivo que posibilite identificar y realizar un seguimiento de audiencias en todas las plataformas y a lo largo del tiempo, facilitando un aumento sustancial de la granularidad, frecuencia y velocidad de comercialización de los datos de audiencia».

Con respecto a los fallos del sistema actual de medición, el director del área de Medición de Audiencias de Ipsos en España destaca que la proliferación del uso de dispositivos «desvirtúa cualquier resultado que provenga de un panel construido alrededor del PC». Para Seijo, la fusión de datos de audiencia provenientes de diferentes paneles «no soluciona el problema, solo introduce más incertidumbre al modelo y, en consecuencia, al sector».

Por otro lado, asegura, el panorama de la audiencia digital va a seguir evolucionando con rapidez y ganando en complejidad. «Es muy importante que el medidor en España sea una empresa dispuesta a invertir y a apostar a largo plazo para adaptar paulatinamente el sistema a esta realidad tan cambiante», dice Seijo.

Por último, describe como crucial la calidad del panel con el fin de entregar resultados solventes y ganarse la confianza de medios, agencias y anunciantes. «Pienso que el sistema actual arrastra limitaciones del pasado que pueden llegar a condicionar su reputación entre determinados operadores», advierte.

Aunque la inversión en publicidad digital seguirá creciendo y tomará un papel cada vez más central en la planificación de medios del anunciante, existen ciertas preocupaciones que frenan a los anunciantes y hacen dudar sobre su eficacia. En este punto, Seijo apunta al fraude, la visibilidad de los anuncios, la audiencia no humana y las suspicacias levantadas por la automedición de audiencias. «El mercado necesita una medición independiente, fiable, de calidad y representativa que permita reportar con la granularidad y frecuencia que sus actores necesitan. Una de estas necesidades es la progresiva convergencia de la medición de la audiencia digital con la de otro tipo de dispositivos conectados como, por ejemplo, la TV. Otra es la medición de la audiencia de sitios web más pequeños pero relevantes para determinados targets, añadiendo profundidad demográfica a los datos censales», recalca el experto de Ipsos.

Discrepancias entre las empresas y el sistema de medición

Recientemente, PRISA Noticias ha manifestado su disconformidad con comScore y ha anunciado su decisión hacer públicos los datos internos del tráfico y suscriptores digitales de manera periódica.

«La disconformidad entre medidor y editoriales respecto a las audiencias reportadas no es nada nuevo», recuerda Toni Seigo. «La experiencia del Grupo Ipsos midiendo audiencias alrededor del mundo nos dice que este tipo de discrepancias suceden y seguirán ocurriendo sin importar cuál sea el medidor. Lo que hay que evitar es la ruptura, llegar a una desconfianza tal que imposibilita el consenso. Los datos de audiencia interna y los sectoriales están llamados a convivir al servicio de la industria. No importa cuán robusta sea la automedición, o cuán reputada sea la empresa auditora, el anunciante digital seguirá necesitando una medición directa, independiente e integrada del comportamiento del consumidor en los diferentes publishers online así como el consumo cruzado entre ellos. Y esto es algo que la automedición difícilmente llegará nunca a cubrir. Lo importante es adaptar la metodología de medición sectorial a la realidad del mercado, sin dejar que la brecha se haga más y más grande hasta un punto en que el consenso sea imposible», explica.

Madinavitia tacha de «inoportuna» la posición de Prisa Noticias manifestando su disconformidad con comScore en pleno periodo de presentación de propuestas para el nuevo concurso.

Por su parte, desde la Comisión de Seguimiento afirman que no les corresponde «entrar a valorar decisiones individuales de empresa», recordando que trabajan para «poder ofrecer al mercado, en su conjunto, una medición homogénea y resolver el concurso en los plazos que tenemos establecidos».

Objetivo: el consenso de la industria

Los objetivos de este proceso son, además de basarse en el mejor conocimiento de la persona en su relación con los medios, dar una respuesta a la medición publicitaria. «Conseguidos estos objetivos todo ello redundará en un mayor impulso del negocio digital y en el incremento de la inversión«, dicen desde la Comisión.

Para llegar al consenso, las asociaciones que forman parte de la Comisión de Seguimiento -AIMC, IAB Spain y la aea- trabajan por un objetivo común «poniendo el beneficio general por encima del individual«.

«Desde esta Comisión trabajamos por el control y cumplimiento de los compromisos establecidos con la empresa resultante ganadora e iremos analizando todos los pasos de trabajo futuro para acordar entre todos el modelo de negocio que mejor se ajuste a las necesidades del sector«, concluyen.

Voluntad y capacidad para ceder

El consenso a la hora de elegir el medidor, los parámetros que se van a medir y las reglas que se van a utilizar en esa medición es imprescindible para Eduardo Madinaveitia. «En muchos sentidos es preferible que haya un consenso del mercado a que la técnica utilizada sea la más moderna o la más precisa (que también son objetivos que se deben perseguir)», asegura. Precisamente, el mayor problema al que se enfrenta la medición digital en España es que nunca se ha logrado llegar a ese consenso, ni el compromiso necesario para financiar las mejoras necesarias en el sistema.

Pero, ¿cómo se llega al consenso? Según Madinaveitia, se necesita voluntad para lograrlo y capacidad para ceder en los pequeños detalles. «Como en cualquier negociación, si solo se satisfacen los deseos de una parte, el resultado será malo y no permanecerá en el tiempo. Estamos en un momento muy importante, que puede mejorar sensiblemente la medición y el mercado digital no programático», recalca.

Según Toni Seijo, la única manera de llegar al consenso es apostar como sector por «un medidor solvente que genere confianza entre todas las partes involucradas». «Dejarse de inventos y elegir una empresa con un modelo validado y en funcionamiento en otros países de referencia. Que ya haya recorrido el camino y pueda aportar datos, aprendizajes y testimonios sobre cómo hacer la transición. Un medidor independiente con una visión clara de futuro. Únicamente así se logrará el consenso necesario para acometer la inversión que requiere disponer de un sistema de medición de primera clase en España», afirma.

Fuente: www.marketingdirecto.com