En agosto, lejos de dejar a un lado los móviles e internet para disfrutar, el número de visitantes únicos a internet en España fue de 36,3 millones. Esto supone 1.689.000 visitantes más que el mismo mes del año pasado. En cuanto al promedio de tiempo de consumo, se sitúa en 121 minutos por persona.
Por edades, el grupo de 25 a 44 años es el que más tiempo dedica a esta tarea, por encima de las tres horas diarias de media. En segundo lugar, tendríamos el rango comprendido entre los 15 y los 24, que llega a las 2 horas y 44 minutos. Los que menos pasan son los pequeños, entre 4 y 14, con 5 minutos, y los mayores de 55, con una hora y 35 minutos.
Esas son algunas de las conclusiones del informe de consumo de internet en agosto de Barlovento Comunicación.
Los 25 dominios con un mayor número de visitantes únicos en agosto, según Barlovento Comunicación
Gracias a este hemos podido conocer que YouTube continúa triunfando como el dominio que más visitantes únicos recibe, con 34.043 millones. Pero también como aquel en el que la gente pasa una mayor cantidad de minutos al día, con 15,5.
En el listado de dominios, encontramos en el segundo puesto a Google.com, con 33.229 millones de visitantes únicos en agosto. Facebook.com se situaría en el tercer lugar gracias a sus 29.405 millones, mientras que Android.com ocuparía el cuarto con 27.505 millones.
En el ranking no faltan otras redes sociales, como Instagram, Twitter y TikTok. Tampoco lo hacen portales de medios de comunicación, tales como Lavanguardia.com, Elmundo.es, As.com o Elpais.com.
A continuación, dejamos el listado completo, junto con su número de visitantes únicos en millones y otros resultados del informe en las fotografías:
El mes de julio es sinónimo de temporada de rebajas. Precios imbatibles, descuentos tentadores y miles de comercios deseando hacer su agosto, más aún si tenemos en cuenta que se trata del primer periodo de rebajas con cierta normalidad desde que comenzara la pandemia. Sin embargo, este año tampoco hemos vuelto a ver las tradicionales largas colas en las cajas de los establecimientos o impacientes compradores arremolinados desde bien temprano en las puertas de los grandes almacenes esperando a que abran para cazar la mejor oferta.
Aunque esto no necesariamente nos hace prever una mala campaña para el comercio en España, sino más bien lo contrario. Según las cifras de Acotex, la asociación nacional de moda retail, durante el pasado mes de junio, las ventas del sector textil y del calzado cayeron un 0,3%, la menor caída desde el inicio de la pandemia y, por tanto, el primer signo de la recuperación de uno de los sectores más mermados por la crisis del coronavirus, con más de 26.000 empleos destruidos. ¿Una de las claves de la recuperación? El fuerte impacto del eCommerce, que ya supuso el 19,4% de las ventas del sector durante el año 2020, según un informe de Kantar.
Según los últimos datos publicados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el eCommerce facturó sólo durante 2020 más de 51.600 millones de euros en España, lo que supone un 5,8% más que durante el año anterior. De este elevado volumen de negocio, la rama de actividad más destacada fue precisamente el de las prendas de vestir, que alcanzó el 9,8%, es decir, casi una de cada diez operaciones. Esto supuso, sólo durante el último trimestre del año, más de 21 millones de transacciones, frente a los 6 millones de transacciones realizadas hace apenas cinco años.
“El sector textil y el eCommerce han vivido una revolución en los últimos años. Frente a la desconfianza inicial de los consumidores, cada vez más personas se atreven a realizar sus compras online. La clave del éxito ha radicado en las mejoras del sector logístico, cada vez más rápido, eficiente y resolutivo con problemas tradicionales como la gestión de las devoluciones y cambios o las entregas”, señala Noelia Lázaro, Directora de Marketing de Packlink.
Incremento en las ventas online de prendas de vestir, una cuestión de confianza
Hasta hace no mucho tiempo, la compra de ropa y calzado a través de plataformas online era prácticamente residual en España y reservada para usuarios muy familiarizados con Internet. La falta de confianza en los sistemas de pagos, problemas con el tallaje, o los complicados y costosos sistemas de devolución de las prendas adquiridas se habían insertado en el imaginario colectivo de los consumidores españoles y generado reticencias en el sector.
Sin embargo, el cambio de tendencia parece confirmarse, especialmente en estos últimos meses, impulsados en parte por la pandemia. Según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 39,6% de los españoles entre 16 y 74 años adquirió alguna prenda a través de Internet durante el año 2020.
Una tesis que se refuerza con el estudio ‘Radiografía de vendedores online’ publicado por Packlink el pasado mes de junio. Según los datos de la start-up española, más del 50% de los envíos realizados a través de su plataforma de logística profesional, Packlink PRO, estuvieron vinculados a la categoría de moda y complementos durante el primer semestre de 2021. Unos datos que desbancan a los tradicionales productos estrella del eCommerce, los tecnológicos, que han pasado a representar algo menos del 40%.
Sin embargo, apenas un 15% de las devoluciones e incidencias están relacionadas con una talla errónea y ni siquiera un 5% se deben a defectos en el producto. El principal problema para los consumidores españoles son los retrasos en las entregas, que acumulan casi el 40% de las reclamaciones. Un dato que puede explicarse por la aparente impaciencia del consumidor español. De los cuatro principales mercados de la Unión Europea -España, Francia, Italia y Alemania-, España es con diferencia el mercado donde más servicios de entrega urgente se solicitan con casi un 40%, frente al 12% de Francia, 19% de Italia o apenas un 4% de Alemania.
“La tendencia al alza del eCommerce en el sector textil va a mantenerse en los próximos años. Y no será en detrimento de las tiendas físicas, sino un complemento para que este sector, tan relevante en el conjunto de la economía española, siga creciendo y expandiéndose por el resto del mundo”, concluye Noelia Lázaro, Directora de Marketing de Packlink.
Las nuevas regulaciones y la búsqueda de más privacidad ponen las cosas más difíciles que nunca hasta ahora
En los últimos días, Facebook ha presentado resultados financieros. Los números han sido muy buenos. Facebook ha cerrado el trimestre por encima de las previsiones de los analistas y con unas cifras de ingresos muy positivas.
Los ingresos de Facebook en el trimestre se posicionaron en los 28.070 millones de dólares, cuando las proyecciones de los analistas apuntaban hacia los 26.440 millones. Pero, aunque Facebook presentaba buenos números, no todo resultaba perfecto en la lectura de las cuentas. Su CEO, Mark Zuckerberg, indicaba que la empresa estaba valorando cómo podrían reducir la cantidad de contenido político que llega a los feeds de sus usuarios, como recoge CNBC.
Además, y aquí está lo interesante en términos publicitarios, Facebook cargó contra Apple por sus normativas de privacidad y lanzó, en su texto para inversores, una alerta sobre los riesgos en publicidad. Facebook ha apuntado que ve a Apple como uno de sus principales competidores y que las medidas de privacidad que ha implementado en la última versión de iOS podrían afectar a cómo segmentan los anuncios y su capacidad en este terreno.
«Apple puede decir que lo hace para ayudar a la gente, pero los movimientos siguen claramente sus intereses competitivos», señalaba Zuckerberg. La compañía prevé que su competición contra Apple y la batalla por el mercado se endurecerá en el futuro inmediato.
Sin embargo, Apple no es el único problema. Como señalan en TechCrunch, Facebook ha alertado a inversores de que prevé que se produzca obstáculos «significativos» a la hora de hacer segmentación publicitaria y, por tanto, de lograr los mismos positivos resultados en ingresos.
A los cambios de Apple en su sistema operativo, suman también los ajustes en el «panorama regulatorio». Facebook reconoce, igualmente, que las tendencias de consumo durante la pandemia (el boom de las compras online y la necesidad de más productos y menos servicios) han beneficiado a sus cuentas, pero que eso podría cambiar tras la pandemia.
Privacidad, leyes, cookies
Lo interesante, y lo que sirve para comprender el futuro del mercado, no es tanto ese temor a un cambio de viento, como las otras razones para su preocupación. Esas razones son perfectamente extrapolables al mercado en general y se pueden convertir en un problema para muchos otros players.
Las medidas pro-privacidad de Apple (que convierten sus dispositivos en un jardín todavía más cerrado para quienes no son ellos) no son las únicas que limitan lo que los marketeros pueden hacer y lo que las compañías que viven de la publicidad en red pueden gestionar. El ocaso de las cookies, ese culebrón de los últimos años, es otro de ellos. Google ya ha dejado claro que no dará tiempo de gracia y que Chrome bloqueará las cookies a partir del año que viene.
A ello hay que sumar que las autoridades están cada vez más preocupadas por la privacidad y los consumidores más sensibles ante el tema. Normativas como la ley europea de protección de datos son simplemente el principio de lo que parece será una tendencia mayor a proteger mucho más la información.
Para los grandes players de la publicidad online, este crecimiento de la preocupación por la privacidad es un problema, ya que limita su margen de maniobra. No es el único que generan las administraciones públicas. La preocupación por el impacto que tienen en el mercado y la presión para determinar si son o no monopolios podrían tener efectos claros en qué pueden hacer y qué no en 2021, afectando también a su capacidad para servir publicidad.
¿Anuncios segmentados sin datos?
Las grandes de internet viven de los datos y de su poder para ofrecer publicidad altamente perfilada partiendo de ellos, pero ¿qué harán si no pueden acceder a esas fuentes de información?
De hecho, una de las cuestiones que plantean las administraciones publicas y que ha sido material para debates políticos es la de obligar a las grandes tech a fragmentarse. Facebook, por ejemplo, tendría que separarse de Whatsapp y de Instagram, lo que supondría hipotéticamente un duro golpe en cómo conoce a los consumidores y cómo les sirve publicidad.
Todo esto invita a reflexionar sobre el futuro de la publicidad online y, sobre todo, sobre si sobrevivirá – o no – la publicidad segmentada tal y como ahora la conocemos.